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Boehmiano. En pos de la sabiduría, como arte de vivir

Texto comentado de Aristóteles sobre la belleza de las matemáticas

 

         “Yerran quienes afirman que las ciencias matemáticas no dicen nada acerca de la Belleza o de la Bondad. Hablan, en efecto, de ellas y las muestran en grado sumo. Aunque no las nombren, no es que no hablen de ellas, puesto que muestran sus obras y sus razones. Por su parte, las formas supremas de la Belleza son el orden, la proporción y la delimitación, que las ciencias matemáticas manifiestan en grado sumo. Y puesto que éstas (me refiero, por ejemplo, al orden y la delimitación) son, a todas luces, causas de muchas cosas, es evidente que hablan en cierto modo de esta causa, la causa como Belleza” (Aristóteles, Metafísica, M 3, 1078 a 33-1078 b 5).

 

            Comentario: Este es un texto eminentemente platónico, pues, según Platón, el Bien (el Uno o la Divinidad), “suprema medida de todas las cosas”, se manifiesta en las relaciones de proporción, orden y armonía, a distintos niveles, que constituyen la belleza. Esta, por tanto, como escribe G. Reale, nos hace ver al Uno en las relaciones proporcionales y numéricas, en lo físico como en lo inmaterial. Por eso, para conocer la belleza hay que pasar antes por varios grados que incluyen las diversas ciencias y, entre ellas, la matemática, que es intermediaria entre el mundo sensible y el inteligible. Así se comprende el lema, “que no entre aquí [en su escuela, en su Academia] nadie que no sepa geometría”, que se decía inscrito en el pórtico de la célebre institución educativa ateniense. Dios geometriza. El Demiurgo modela a la materia con precisión de arquitecto. Matemática y arte se dan la mano, como muestra la presencia de la sección áurea en las principales obras del arte griego clásico, así como en el arte renacentista. El pitagorismo latente de Platón: números, figuras, música en las entrañas de lo real. Esa música callada que es también la música de las esferas celestes, pues que el amor (mezcla él mismo y mediador, como el alma, hijo de la Abundancia y la Pobreza), que pone orden y tiende a la unidad y a la belleza, es el vínculo que mueve el sol y las demás estrellas, según la conocida expresión del Dante.

 

 

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