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Boehmiano. En pos de la sabiduría, como arte de vivir

Para un glosario boehmiano

         Böhme es un autor difícil. Queremos contribuir, modestamente, a su comprensión iniciando este pequeño vocabulario en el que aparecen unos pocos términos esenciales. Animamos a la lectura paciente y esperanzada.

          Acabamos de saber, por el propio Agustín Andreu, excelente traductor del primer libro de Boehme, Aurora, que va a salir (creo que en Siruela) una segunda o nueva edición, que incorpora un nuevo prólogo.

 

Algunos términos básicos, alemanes y latinos, en Böhme:

 -Abgrund: Abismo sin fondo. Muchos historiadores lo han confundido con Ungrund. También se puede referir al abismo ardiente (feuriger Abgrund) de la naturaleza y del mundo del primer principio. Por otra parte, designa el infierno interior que todo ser lleva en sí mismo.

 

-Amtmann: Equiparable, en Boehme, al Spiritus Mundi o al Archeus de Paracelso.

 

-Angst: Miedo, angustia, espanto. A veces la presenta Böhme como engendrada por las dos primeras formas o esencias. La asocia así con la rueda, con el torbellino o con el lazo.

      También hay que tener en cuenta que Angst se asocia en su pensamiento con Enge, estrechez, angostura, aprieto, restricción.

 

-Begehren, Sucht: Deseo. Aunque a menudo lo confunde con ella, Boehme acabará distinguiéndolo de la voluntad. Pero este deseo, este Begehren, es al mismo tiempo un Sehnen, un anhelar: El deseo es tendencia y es pasión.

 

-Centrum naturae: Se trata de una noción poco precisa en Boehme y que va asociada al deseo, pues éste engendra la naturaleza, se encarna en ella y forma su esencia dinámica, y en tercer lugar, porque la naturaleza sería, en su más profunda y cualitativa esencia, deseo e indigencia. Por eso la naturaleza busca sobrepasarse a sí misma (cf. De Triplici Vita Hominis, IX, 109). Puede ser también considerado como el conjunto de las potencias formadoras. El fuego se puede entender como el alma del Centrum Naturae (cf. De Triplici Vita Hominis, II, 29 y X, 44).

      Es importante tener en cuenta que la palabra Centrum, al igual que la palabra Natura, experimenta una modificación de sentido bastante considerable en el curso de la obra de Böhme.

 

-Chaos: Es un término paracelsista que designa la indistinción confusa del germen.

 

-durchdringen: Penetrar (las fuerzas de la naturaleza divina penetran el mundo).

 

-einwohnen: Encarnarse en (esas mismas fuerzas habitan el mundo, se encarnan en él).

 

-Feuer: Aunque se puede ver sólo como uno de los siete espíritus manantiales de Dios, se trata en realidad del símbolo central en Böhme. La naturaleza se identifica con el fuego, ya que el fuego es la vida o, cuanto menos, su fuente. Leemos en Psycología Vera, qu. I, 211: «Así es el Fuego la primera causa de la vida, y la Luz la otra causa y el Espíritu la tercera y es ciertamente una esencia que se encierra y revela en un cuerpo…» [trad. mía]. En opinión de Koyré, nunca antes de esta obra había conseguido Böhme dar una definición tan clara de la triunidad de la vida y resaltar tan claramente su carácter de autorrevelación. Considerando textos similares entendemos por qué F. Oetinger había titulado su obra principal Teología ex idea vital deducta.

      En Böhme fuego quiere decir a veces llama.

      En la Psycología Vera es completa la identificación del fuego y de la naturaleza.

 

-Gemüth: Término genérico para designar el alma o el espíritu del hombre. Por otra parte, espíritu (Geist) y visión son nociones que para Böhme se implican.

 

-Grimm, grimmig: Colérico, rabioso. Este adjetivo lo emplea mucho Böhme.

 

-Grimmigkeit: Furor, cólera, ardor. Encono, fiereza, rabia.

 

-Grund: Fundamento, causa.

 

-Heimlichkeit: Secreto, misterio; (también: disimulo, sigilo). El carácter de estar oculto.

 

-Limbus: principio masculino, asociado al Astrum, de la formación del mundo. Éste término desaparece en La triple vida del hombre, siendo sustituido por el de Tinctur.

 

-Matrix: principio femenino, por así decir, de la creación del mundo. Asimilado a la tierra. Representa también la inmovilidad y la materialidad (a diferencia de la Tinctur en La triple vida del hombre).

      Böhme habla de la wässerige Matrix [matriz acuática] identificándola a veces con la Gebärerin [parturienta] de la que el mundo ha surgido. En nuestro mundo, la Matrix acuática está representada por el cielo, es decir el firmamento o la quinta essentia, y el limbos, o Matrix ígnea, por los astros y el astrum propiamente dicho. La wässerige Matrix de la Naturaleza eterna podría entonces ser identificada con el elemento puro, la corporeidad divina, el paraíso o la naturaleza (en el sentido de la séptima forma de la Naturaleza divina). [Así, al menos, en el período intermedio del De tribus principiis].

      También la Matrix es presentada como fuente del espíritu (cf. De Triplici Vita Hominis, IX, 104 y 105).

 

-Mercurius: En el Paraíso divino, o el cuerpo de Dios, hay, además del Salliter, el mercurio o el sonido (Schall). Se trata del principio de movimiento, de fluidez, a veces de vida, de palabra, de metalidad, pues el sonido es la potencia expresiva, manifestadora por excelencia, que encarna la palabra, a su vez potencia mágica y creadora por antonomasia. Tengamos en cuenta que las cualidades, al mezclarse y al rozarse, producen una variedad de sonidos que, juntos, constituyen, gracias al Mercurio, una armonía celeste.

      En su segunda y tercera obra emplea Böhme el término Mercurius en dos sentidos muy diferentes: designa, por una parte, el conjunto de las cuatro potencias-esencias de la naturaleza (el centrum ígneo) y, por otra, una de las cualidades-formas del segundo centrum: el mercurio o tono.

 

-Misterium Mágnum: Importante noción de Böhme que aparece por primera vez en La triple vida del hombre (cf. XVI, 37). Se trata del misterio de la esencia divina, que es al mismo tiempo lo más secreto (das heimlichste) y lo más revelable (das offenbarlichste) (cf. Psycología Vera, qu. I, 51), siendo su expresión el milagro más grande que ha obrado la eternidad (das grösste Wunder, dass die Ewigkeit gewirket hat (ib., qu. I, 69).

 

-Principium, Principiis: Un principio, dice Böhme, es un nacimiento (Geburt). Este término es empleado en su sentido activo. Saint-Martin lo traduce por: engendramiento. Así, un principio es un modo de acción divina; es también la fuente de la que provienen y emanan los seres. Es una vida y también un mundo; un principio es, en Dios, lo correspondiente a cada uno de los tres mundos (el Paraíso, el Infierno y el Mundo sensible), de los que se compone el universo de Jacob Böhme. Es, finalmente, un modo de revelación. Principio de revelación, de distinción y de determinación: aquí está el verdadero sentido de la noción de «principio de la naturaleza divina». Su función esencial sería introducir en la unidad indistinta de la Divinidad el movimiento, la diferenciación y la vida.

 

-Quall: Fuente (ver Qualität).

 

-Qualificiren: “Cualificar”. Imprimir una cualidad a una cosa o producir una cualidad en una cosa, ejercer una acción cualitativa o, aún, obrar a la manera de las cualidades activas (de esta misma manera lo traduce Saint-Martin: “qualifier”).

 

-Qualität o Quallität [como a veces escribe Boehme]: Potencia, fuerza operativa, energía.

      Es extremadamente curioso ver en Böhme dar una explicación etimológica del término: Qualität viene de quellen, Quelle, y designa así una fuerza que brota, un manantial, una fuente, que se eleva y que se abalanza (eine quellende Kraft). «Cualidad» está igualmente emparentada con Quaal o Quahl, sufrimiento, tortura (cf. De Tribus Principiis, X, 42); lo que indica claramente, dirá Böhme, que en cada cualidad hay un fondo de cólera, del sufrimiento y de furor, porque cada cualidad sufre en su aislamiento y su limitación, y es por lo que busca salir de ellos, liberarse, unirse a otras cualidades. De ahí proviene el dinamismo interior y la lucha de las cualidades entre ellas. Así, como lo vemos fácilmente, se comportan el calor y frío, así ante todo el bien y el mal (Aurora, II, 4 y siguientes).

 

      Cualidades se llama también a los siete espíritus manantiales, que reciben en Jacob Böhme los siguientes nombres: Qualitäten, Quellgeister, Geister Gottes, Naturgestalten, Naturgeister = cualidades, espíritus manantiales, espíritus de Dios, formas de la naturaleza, espíritus de la naturaleza).

 

-Salliter o Salniter: Así llama Jacob Böhme a todas las fuerzas que están en Dios Padre, emanan de él y forman en él una unidad indisoluble. De esta interpenetración de fuerzas está hecho el mundo. Böhme lo escribe de varias maneras, como si no estuviera seguro del término, pero, intuitivamente, le parece pleno de sentido. No se trata, por tanto para Böhme del ácido úrico. Recordemos que la sal, en la alquimia de Paracelso (a quien Böhme no conocía demasiado bien época de Aurora) es la potencia o el principio de solidez, de desecación, de rigidez, de dureza y de materialidad. El Salniter es, por tanto, principio de materialización y de solidificación en las potencias del Padre.

      El Salliter es un germen (esta concepción del germen se encuentra, oculta o expresa, en toda doctrina organicista) eterno que se desarrolla eternamente; eternas son sus fases, así como eternamente simultáneas.

      Como lo ha mostrado Harless (Jacob Boehme und die Alchimisten), el vitriolo, base del proceso metálico de los alquimistas, es el prototipo del Salliter de Boehme.

 

-Selbheit: La mera individualidad, el yo egoísta y superficial que se interpone entre nosotros mismos y Dios.

 

-Scienz: La causa del mal, de la diferencia entre el bien y el mal, entendida como el Fiat, como el deseo de la diferenciación y separación (cf. Mysterium Magnum, LXI, 63).

 

-Sele (sic): El término alma (Seele, en alemán moderno) es un tanto ambiguo, ya que designa tanto el alma vital como la espiritual (die rechte Sele). El alma se asocia en Boehme al primer principio de la esencia divina: colérico, fogoso, airado.

 

-Separator: Así llama Böhme al principio de determinación, de creación y separación, en el interior de Dios. Lo asocia a veces al número 10, que sería el número de la vida.

 

-Signatura: Este término también tiene una gran importancia en Paracelso (cf. Philosophia Sagax), donde las signaturas serían las expresiones exteriores de las virtudes ocultas de las cosas. Noción que implica la idea de correspondencia. En Boehme la signatura es teofanía, signo y revelación de la esencia de un ser. Sin su conocimiento es vano el “conocimiento” de los seres.

 

-Speculare (spigeliren): Proviene de Speculum (Spiegel, espejo, en alemán) y quiere decir para Boehme: servir de espejo a la verdad divina, reflejarla en sí, revelarla.

 

-Spiraculum vitae: Se trata, por decirlo así, de una Tinctur superior que emana de Dios y que confiere al ser humano el espíritu, que procede de la divinidad y le asimila a la divinidad.

 

-Sucht: Deseo. Aspiración vital, hambre, búsqueda ardiente. Se distingue de la voluntad, que sin embargo le da origen (así en su obra Psychología Vera).

 

-Temperatur: Así llama Jacob Böhme a la síntesis o conciliación de las cualidades contrarias, su estado de equilibrio. Otras veces el mismo término hace referencia a la indistinción de la mezcla indiferenciada, pero nunca significa temperatura.

   En relación con el ser humano, este término aludiría al estado primordial, al estado de inocencia.

   Aplicado a la divinidad: «Ahí no se puede decir un Dios colérico, ni tampoco un Dios misericordioso, pues aquí dentro no existe ninguna causa para la cólera, ni tampoco para amar algo», como escribe Jacob Böhme en De Electione Gratiae, I, 21 (la traducción es mía).

 

 

-Ternarius Sanctus: o Sabiduría esencial, como lo llama Boehme, es el cuerpo o corporeidad, mágico o mental (son expresiones de Böhme) que la voluntad se forma al oponerse al deseo; cuerpo que, por otra parte, sirve de alimento a la vida y al fuego (cf. Mysterium Magnum, XXIX, 2 y sigs.).

           

-Tinctur: A veces se confunde con el elemento puro (éter, quinta esencia) y a veces se distingue de él para convertirse en el principio de vida (el jugo del que habla Aurora), el Paraíso o el cuerpo de la Sabiduría divina (cf. De Tribus Principiis, XII, 21 y sigs.; XVI, 43 y sigs.). Se le asocia al número 9.

      Como principio masculino, representa la vida y el movimiento (cf. De Triplici Vita Hominis, V, 15; VIII, 35).

      Conviene tener en cuenta que es, a menudo, sinónimo de la vida espiritual (al menos, en De Triplici Vita Hominis).

 

-Turba Magna: en Böhme quiere decir “gran perturbación”. (Para el Lexicon Alchemiae de Martin Ruland significa: “gran conjunción [Versammlung] de los astros”).

 

-Ungrund: Este término no es una creación de Boehme, sino que se trataba de una palabra ya usada a la que le atribuye un sentido nuevo. A saber, la ausencia total de determinación, de causa, el fundamento, de razón (Grund). A veces se traduce por abismo, y uno estaría tentado de usarlo así, si no fuera porque Boehme utilizó esa misma palabra (Abgrund) con un sentido distinto. Berdiaeff lo traduce por “Indeterminado”, Koyré por “Absoluto”.

 

-Urkund: Palabra que proviene con seguridad de Kunde, Urkunde. Significa en Böhme el origen último de una cosa en tanto que se revela en la cosa que lleva su revelación o expresión, que da su «noticia» (Kunde). Cada cosa sería así como el documento que testimonia acerca de la naturaleza de su propia raíz.

      Tiene el doble sentido de primer principio y de Centrum zur Natur.

 

-Urquell: Lit.: “Fuente originaria”. (Así, por ejemplo, en la frase: el deseo es la Urquell [pero también la Urkund] de la naturaleza).

 

-Urstand: Literalmente vendría a significar “lugar originario” (no he encontrado la palabra en el diccionario alemán). Para su relación con Urkund y Urquell cf. De Triplici Vita Hominis, III, 10, 28, 49; VI, 52.

 

-Vernunft y Verstand: En la terminología de Jacob Böhme Vernunft significa siempre entendimiento, razón razonadora, discurso; por contra, Verstand designa la razón intuitiva, la inteligencia. Fran von Baader ha insistido fuertemente sobre la legitimidad de la terminología boehmiana y, por su parte, la ha adoptado. Fichte, en sus obras póstumas, igualmente… Por su parte, Böhme lo que hacía era seguir el ejemplo de Sebastian Frank y el uso de su época. (Es curiosa la inversión de los términos en Kant).

 

-Vulcanus: El Astrum o el Espíritu de este mundo (Geist dieser Welt).

 

-Wesenheit: Esencia corporal de la Divinidad. También, sin más, significa esencia.

 

-Wille: Voluntad. Conviene decir que este importante término sufre igualmente en Böhme modificaciones en su sentido: a veces se equipara a deseo y otras muchas veces se le opone; a veces es superior a la naturaleza y otras veces su fundamento. Pero, en cierto sentido, esto se explicaría, porque la naturaleza con sus fuerzas no hace más que expresar la voluntad que se engendra y se desarrolla en ella (cf. De Triplici Vita Hominis, X, 29; XI, 104).

 

-Zorn: Cólera. Representa el principio negativo, al principio fogoso, ardiente, airado que se encuentra en todas las cosas. Böhme emplea también muchas veces la expresión: Gottes Zorn, la ira de Dios, en parte con otros sentidos que, pienso, sería preciso matizar.

2 comentarios

Boehmiano -

Pues me alegro mucho, Claire, y te agradezco tu comentario.
Le tengo cariño a Boehme desde 1981 pero aún me falta bastante para conocerlo un poquito. Seguiremos leyéndolo y comentándolo.
Un saludo muy cordial:
Boehmiano

Claire -

hay tan poco de Böheme en castellano que estoy feliz de haberme topado con esta página