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Boehmiano. En pos de la sabiduría, como arte de vivir

Textos de J. Boehme

Textos para la ponencia: El mal en la teosofía de J. Boehme

 

-         Epístolas teosóficas: 20, 3: El hombre, libro del ser de todos los seres: “Pues el libro en el que reside todo secreto es el hombre mismo: él mismo es el libro de la esencia de todas las esencias, pues él es la semejanza de la divinidad; en él reside el gran Arcanum, que sólo puede revelar el Espíritu de Dios” (la traducción es mía).

 

-         Aurora: XXII, 46: “Pues no puedes decir ¿dónde está Dios? Escucha, hombre ciego, vives en Dios y Dios está en ti y si vives santamente eres Dios tú mismo; dondequiera que mires allí está Dios”.

 

-         De Tribus Principiis, VII, 21: “El auténtico cielo, porque Dios vive dentro de él, está por doquier en todas partes, también en medio de la tierra: comprende el infierno [Er begreift die Hölle], en el que viven los demonios, y nada está fuera de Dios; pues donde Él ha estado antes de la creación del mundo, allí sigue estando aún, como en sí mismo, y él mismo es la Esencia de todas las esencias: todo ha nacido de Él y de Él procede [y lo proclama: urkundet von Ihme]; y por eso se llama Dios, porque sólo Él es lo Bueno, el Corazón o lo Mejor, entiende: la Luz y la Fuerza de dónde procede [urkundet] la Naturaleza” (la traducción es mía).

 

-         De Tribus Principiis, VII, 24: “El tormento de la tiniebla es el primer Principium y la fuerza de la luz es el otro Principium, y el producto [Ausgeburt] desde la tiniebla a través de la fuerza de la luz[1] es el tercer Principium; y no se llama Dios: sólo es Dios la luz y la fuerza de la luz y el producto [Ausgang] de la luz es el Espíritu Santo”.

 

-         Mysterium Magnum: XXVI, 28: “La cólera es la raíz del amor, como el fuego lo es de la luz”. Y el siguiente texto: “Sólo el amor se llama Dios, su fuerza y su poder se llama cólera” (XXVI, 10).

 

-         Mysterium Magnum: XXXVIII, 6-9: “No es sin motivo que Cristo le nombre [al Diablo] un príncipe de este mundo; es príncipe siguiendo la propiedad de la cólera del mundo tenebroso que ahí permanece oculta y es según esta cualidad que reina sobre el cuerpo y el alma, sobre la voluntad y el corazón del hombre.

 

           Porque toda guerra y toda querella provienen de la naturaleza y de la propiedad del mundo tenebroso, es decir de los cuatro elementos de la cólera de Dios, la cual provoca en la criatura el orgullo, la envidia, la avaricia, y la cólera que son los cuatro elementos del mundo tenebroso donde viven el diablo y las malas criaturas; y es de estos cuatro elementos de los que proviene la guerra.

           Porque aunque Dios haya ordenado al pueblo de Israel combatir a los paganos y les haya intimado a hacerles la guerra, todo esto era ordenado en virtud del Dios airado y colérico, es decir de la propiedad del fuego porque los paganos habían suscitado la ira que quería devorarles. Pero Dios, en tanto que se llama Dios, no desea la guerra; por lo demás Él no puede desear nada malo ni ninguna destrucción; porque existe según el segundo principio, el de la luz; no es sino bueno y generoso y se da Él mismo a todas las cosas.

 

            Pero según la naturaleza del mundo tenebroso es un Dios airado y colérico, un fuego devorador cuando su ira se encuentra despierta; según esta naturaleza Él desea comerse y devorar todo lo que se eleva y alumbra en ella; y es en virtud de esta propiedad como Dios ha ordenado a Israel el hacer la guerra y abatir a los paganos: porque la cólera estaba inflamada y era como un trozo de madera que cae en el fuego que desea devorarla”.

 

-         Mysterium Magnum: XXVIII, 70: “Porque todas las cosas han sido creadas por el Verbo e introducidas en una forma. Pero, puesto que Dios es un Dios airado y colérico, un fuego devorador e igualmente un Dios de luz y de don, bueno, misericordioso y dulce, donde nada malo puede permanecer; por eso ha introducido en el Fiat el fuego y la luz, el bien y el mal, en una libre voluntad donde la voluntad puede formarse en el bien o el mal; pero ha creado buenas todas las cosas y a partir de la luz y las ha instituido en una libre voluntad para multiplicarse en la libre voluntad, para crear en el mal o en el bien” (“de puiser dans le bon et le mauvais”, traduce Berdiaeff donde el original alemán dice: «zu schöpfen im Bösen oder Guten»).

 

-         Mysterium Magnum: LXI, 43 y 44: “Porque Dios obra de eternidad en eternidad pero no de otro modo que por su Verbo y el Verbo es Dios, es decir una manifestación del Absoluto (Ungrund, Indeterminado –traduce Berdiaeff-). Y si el alma no pronuncia ya su voluntad personal, es la voluntad del Absoluto la que habla en ella: allí donde cesa de obrar la criatura, allí obra Dios.

 

          Pero si la criatura quiere obrar con Dios, su voluntad debe abismarse (así traduce Berdiaeff; el original dice sencillamente: in Gott eingehen, “entrar en Dios”) en Dios; entonces Dios obra con la criatura y por ella, porque la creación entera, celeste, infernal y terrestre, no es otra cosa que el Verbo operante; el Verbo mismo lo es todo”.

 

 

 

 

 

 



[1] En el sentido de: “saliendo de la tiniebla y por medio de la luz”. Es significativo que Böhme parezca querer distinguir aquí dos tipos de salidas, nacimientos o producciones: por un lado la de la tiniebla y por otro la de la luz. Por eso emplea la palabra salida (en alemán Ausgang) para referirse al surgir del Espíritu Santo, mientras que para el nacimiento a partir de la tiniebla, del primer principio, utiliza la palabra Ausgeburt, que significa producto, creación -literalmente: nacimiento a partir de-, pero que en las siguientes expresiones significa: “engendro del diablo” o “aborto del infierno” (en alemán Ausgeburt der Hölle) o también quimera, delirio o desvarío (en alemán Ausgeburt der Phantasie). (cf. Slaby/Grossmann: Diccionario de las lenguas española y alemana, tomo segundo).

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